Un sentimiento rojiblanco.

El Atlético presentó el lunes la que será su casa dentro de tres años. El nuevo estadio rojiblanco contará con todo tipo de comodidades y será uno de los más modernos de Europa. Así lo fueron desgranando durante el acto los implicados tanto por parte del club como del estudio de arquitectura que se ha encargado del proyecto. De la parte sentimental se encargó, una vez más, Sra. Rushmore, la agencia de publicidad con la que trabaja habitualmente el club del Manzanares.

Con Miguel García Vizcaíno a la cabeza, prepararon un spot en el que explican la mudanza de un estadio a otro a través de los bares de la zona. Los aficionados pasarán del Doblete a El Zarzal, pero las atenciones y el ambiente seguirán siendo de primera. Eso sí, con la pertinente adaptación al mundo rojiblanco, tal y como se cuenta en la historia.

Así al menos lo explica Javier Herranz, dueño de El Zarzal, uno de los bares más próximos a La Peineta y en el que se rodó el anunció que lleva por título Nuestro lugar en el mundo.

Javier reconoce que no es un apasionado del fútbol, pero también que tiene tres años para ponerse al día: "A mí no me gusta el fútbol, pero iré aprendiendo poquito a poco todo sobre el Atlético. Con decirte que durante el rodaje ya me levantaba tarareando el himno…"

El propietario de El Zarzal sabe que la llegada del club rojiblanco a su barrio tendrá que hacer algún que otro retoque para que los aficionados se sientan como en casa, pero tira de humor y apechuga con lo que sea: "En cuanto a la decoración, me encanta el verde y por eso las sillas y demás son verdes. Pero, en el momento que venga el Atlético, si hace falta pinto el bar y pongo hasta los toldos rojiblancos. Cambiamos hasta los uniformes. El día que juegue el Atlético, a muerte con ellos. Nosotros vamos a dar servicio a todo el mundo, pero cuando vengan los del Atlético… Pues ¡Aúpa Atleti!".

Pero la llegada del club rojiblanco no será la única experiencia nueva para Javier. El rodaje ya fue toda una novedad: "Me llegaron incluso a ofrecer ser yo el protagonista, pero al final no pudo ser. Entré entre los tres finalistas del casting, pero al final no me cogieron. Todavía me acuerdo perfectamente del guión".

Javier, de cualquier forma, aportó también su granito de arena y lo recuerda orgulloso: "Eso sí, yo le enseñé al actor a tirar las cañas, que no sabía", apunta para después volver a mirar hacia el futuro: "Nosotros les pondremos la cerveza y ellos que solucionen las cosas en el campo".

El dueño de El Zarzal, tal y como se dice en el spot, sabe la que se le viene encima y por eso sueña: "Según están las cosas, me iría estos tres años a coger fuerzas y volvería cuando todo esto empiece".

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